Conversamos con la bibliotecaria documentalista Aylin Fuentes Messina, coordinadora de Fomento Lector y Escritor de la Biblioteca de Santiago. Nos habla de las experiencias extramuros, cuando la biblioteca pública se traslada a los espacios de la comunidad. Nos cuenta como su biblioteca fomenta la escritura junto con la lectura, en entornos tradicionales y digitales. También nos relata experiencias de innovación en los procesos de selección y recomendación de LIJ. Por último nos invita a vivir y a ser parte de la biblioteca pública como experiencia única de acceso a la información y conexión con otras personas en comunidad.
Esta es una transcripción ligeramente editada de la conversación de 29 minutos.
[00:00:08] – Guillermo Toro
Hola. Estamos en el Yepo número 17. Y si algo nos merecemos, es un premio a la persistencia. Estamos en el yepo 17 de la primera temporada. Ya estamos anunciando una segunda temporada para el 2023. Hoy nos acompaña Aylin Fuentes Messina, antigua estudiante. Yo me alegro mucho de encontrarme, reencontrarme con ella hoy. Ella es titulada en la UTEM como bibliotecaria documentalista, diplomada en Fomento Lector y Literatura Infantil y Juvenil por la Universidad Católica de Chile. Diplomada en Gestión Cultural por la Universidad de Chile. Es una profesional con más de 20 años de experiencia, 15 de los cuales los ha desarrollado en la Biblioteca de Santiago. Está convencida de que lectura y escritura son un derecho y son una tecnología que permite el desarrollo humano en múltiples sentidos. Le gusta leer, cultivar el jardín y hacer pan. Aylin es coordinadora de fomento lector y escritor en la Biblioteca Regional de Santiago. Muy bienvenida Aylin. Te recibimos con mucho cariño junto a Cristian Cabezas, director de este podcast.
[00:01:18] – Aylin Fuentes
Muchas gracias por la invitación. Para mí es un honor estar acá. Muy contenta también de los espacios que se abren para hablar de la carrera, del desarrollo profesional y de las cosas que nos motivan, obviamente, y nos hacen circular en esta vida.
[00:01:35] – Cristian Cabezas
Bueno, buenos días Aylin y Guillermo. Es una oportunidad para poder hablar de un área que es muy relevante. Hemos podido hablar un poco, pero quizá aquí lo interesante es ver desde la experiencia tuya tu visión de distintos aspectos de la biblioteca pública, pero en especial algunos que tú nos has dicho que llamamos de extramuros, como de la biblioteca hacia afuera. Cuéntanos un poco sobre eso.
[00:02:06] – Aylin Fuentes
Mira, bueno, la biblioteca pública y lo habíamos hablado, tiene una sinergia comunitaria que es maravillosa. No es solamente su responsabilidad establecer el derecho del acceso a los servicios, sino también su razón de ser, el sentido, el alma. Entonces, muchas veces nos damos cuenta de que este tipo de proyectos o servicios están abiertos y son maravillosos en todos los escenarios. Pero las personas que acuden a ellos de alguna manera tienen también una convicción o un enlace. Son lectores y lectoras interesados o necesitados de información. Pero muchas veces nos encontramos con esta múltiple comunidad que no se nos acerca. ¿Qué es lo que pasa ahí? ¿Hay poco interés, hay desconocimiento? ¿No está instalada la necesidad? ¿No está naturalizado el libro, la lectura, la escritura como herramientas y tecnologías en la vida que nos ayudan a desarrollarnos? Entonces, ahí es donde al final nosotros establecemos la necesidad de que una biblioteca pública no solamente se trabaje para adentro y que la visiten o ocupen el servicio, sino que se trabaje para afuera, llegando a las comunidades.
[00:03:27] – Aylin Fuentes
O sea, la biblioteca se transporta, la biblioteca abre ese acceso, la biblioteca se hace cargo también de mostrar esta otra dinámica en la que toda la comunidad puede participar desde diferentes aristas. No solamente consumiendo un servicio, buscando información, sino que haciendo comunidad a través de una biblioteca pública. Yo creo que es desde ahí que nosotros hemos instalado la importancia de los extramuros. También estableciéndonos en una responsabilidad frente a las limitaciones sociales, económicas, culturales, autolimitaciones muchas veces de ciertos públicos objetivos que no se establecen en lugares públicos. Entonces, cuando hablamos de extramuros, hablamos de cómo la biblioteca mira hacia fuera y se instala en el territorio. Esa instalación de territorio tiene que ver con que se movilice y ahí tenemos el ejemplo hermoso de los bibliobuses. Los bibliobuses en nuestro país ya son más de 50 ¿o fueron más de 50? Tendríamos que ver ese dato. Y se instalan en todas las regiones. Las regiones en general, a diferencia de la Región Metropolitana, tienen mucha distancia del territorio, entonces la biblioteca pública no logra absorber a todas las comunidades dentro de su comuna, valga la redundancia.
[00:04:52] – Aylin Fuentes
Entonces el bibliobus se instala también como este que acerca los servicios. Pero no es solamente eso, sino que cómo hacer comunidad en el territorio. Y ahí tenemos otros extramuros, como el casero del libro, como lecturas en mi barrio… si quieren explico. El Casero del libro es un programa que se hace en ferias libres y donde se naturaliza el libro. O sea, en las ferias tú tienes cubiertas las necesidades básicas, vas en busca de alimento, de ropa. Entonces también cómo vas en busca, o se acerca el libro para que tú lo puedas llevar a tu domicilio. Entonces, en vez de gritar «caserita, caserita, aquí tenemos las mejores frutillas». Ahí es donde decimos «caserita, acérquese a la experiencia lectora. Aquí hay entretención, dinámicas, en fin». Eso es el casero del libro que se instala permanentemente en ferias, que obviamente van rotando de día. Tenemos también los programas de lecturas en mi barrio, que ha sido una experiencia muy bonita y desafiante a la vez, donde nosotros, en la lógica de naturalizar la lectura y el libro, llevamos puntos de lectura a centros comerciales, no solamente al comercio de restorán, que fue nuestra primera línea, sino que peluquerías.
[00:06:12] – Aylin Fuentes
O sea, qué pasa mientras a ti te están cortando el pelo. En las peluquerías de barrio antiguamente estaban las revistas al lado. Bueno, ahora tienes una biblioteca con poesía, con revistas, sí, claro, pero también con otros libros de cuentos y tú puedes participar mientras estás esperando tu plato en un restaurante. Entonces ahí nos hemos asociado con los vecinos del barrio Yungay, comerciantes, y ha sido una muy buena experiencia también. Y eso obviamente atrae a una persona que no conoce los proyectos de la biblioteca pública que están emplazados en su territorio a que se acerque. Pero también tenemos otras cosas. Estábamos hablando de limitaciones de otro tipo. Nosotros hemos llegado ponte tú a los [hospitales] psiquiátricos, con el sentido de abrir esta experiencia. Bueno, Bibliometro abrió un punto en el [Instituto Psiquiátrico Dr. José] Horwitz Barak y eso es un tremendo proyecto. Pero antes de eso nosotros trabajábamos con talleres de literatura, pero más bien de escritura, expresión. Como tú también puede llevar un proceso de vida a través de estas herramientas que te permiten sacar ciertas cosas.
[00:07:25] – Aylin Fuentes
Bueno, tenemos los puntos del CESFAM [Centros de Salud Familiar], cómo en estos puntos de salud, que se convierten en espacios comunitarios, también la lectura puede ser un punto neurálgico. Y otros, como el «Cuentos que curan», que está en hospitales para chiquillos que tienen hospitalizaciones de larga estadía, ponte tú. Entonces, bueno, resumiendo, los extramuros es una lógica que puede abrir una biblioteca pública para hacer comunidad.
[00:07:56] – Guillermo Toro
Me parece muy interesante la extensión que logra la Biblioteca Regional de Santiago, que sabemos que además es un parámetro para las bibliotecas públicas del país, con estos servicios de fomento lector y escritor. Me llamó la atención eso en tu cargo, que es de fomento lector y escritor. En relación al fomento escritor, ¿qué actividades ha hecho la Biblioteca de Santiago? ¿Cómo les ha ido con esas actividades? cuéntanos un poco.
[00:08:20] – Aylin Fuentes
En algún momento estuvo en cuestionamiento cómo transitamos desde el fomento lector. Era una lógica desde cualquier tipo de biblioteca, ¿verdad? Eso es nuestro giro del negocio, por decirlo de alguna manera. Pero había una triangulación con otras áreas que encontrábamos absolutamente necesarias: el círculo virtuoso. Entonces hay que triangular más lo que es lectura, escritura y oralidad. La oralidad está asumida en lo que decimos fomento lector. Y ahí todas las expresiones e iniciativas públicas y privadas que se han llevado. Pero dentro de este triunvirato está el fomento escritor, porque al final entendemos cómo nosotros nos apropiamos de una posibilidad, una herramienta, una tecnología más bien que nos permite la expresión en todos sentidos. No solamente estamos viendo a un otro a través de la lectura, absorbiendo conocimientos, como dijo Michèle Petit, que es una antropóloga, en algún momento: la lectura tiene que ver con el reconocerse en un otro, mirarse en un espejo, pasarlo por el cuerpo y establecer esa dinámica de crecimiento con un otro. Pero esa dinámica también tiene que vertir algo. Y ahí está la invitación que nosotros hacemos a través de esta línea. ¿Cómo invitamos a toda la comunidad a expresarse, a ser partícipe? En algún momento -bueno, seguimos trabajándolo- hay un programa en la biblioteca que se llama Bibliotecas Humanas. Cómo las personas a través de su experiencia también se hablan y se vierten a otros y se comparten con otros. Esto es una lógica de la escritura, la expresión y el compartirse. Entonces abrimos los concursos. Es absolutamente una línea directa a la expresión. Y en este momento tenemos concursos muy interesantes. Hacemos tres concursos al año. Uno es «Cartas de amor», que ya está más arriba de su 10ª versión. Ha sido súper bueno porque creo que la gente, una de las cosas que más las hace expresarse es el amor y el desamor. Entonces ahí hay un desarrollo de epistolares y junto con el concurso nosotros desarrollamos talleres para diferentes públicos, para que vayan escribiendo. Y yo creo que mucha gente desempolva cartas antiguas. Hemos visto también esa dinámica, así que está muy bonito y dirigido a todo público.
[00:11:00] – Aylin Fuentes
Aquí voy a hacer un enlace a lo híbrido, porque también los concursos de escritura nos han llevado a habitar los espacios virtuales. Entonces hemos desarrollado, hemos sacado provecho a las redes sociales, tenemos el Cuentogram que, la invitación que hacemos, es a la lógica del libro álbum, como una imagen, entendiendo que está en la red social Instagram, una imagen se puede complementar con una creación literaria y hacer una nueva creación y mostrársela al mundo. Entonces ahí es donde nosotros queremos hacer la invitación. Todos los años lo llevamos a cabo el Cuentogram que es esto del complemento imagen-texto y el otro es Twittercronista porque nos interesa también todo tipo de expresión, no solamente narrativa, literaria, o en fin, de ficción, sino que también es cómo las personas habitan un territorio, un escenario político, social, económico y que se puede contar a través de esto. Entonces, Twitter, desarrollamos Twittercronista y el desafío es que en 280 caracteres las personas que usen esta red puedan instalar un hecho real y dar una opinión. Es súper desafiante pero ha sido una experiencia muy bonita y empezamos Twittercronista con la pandemia. Hicimos un Twittercronista con la nueva Constitución. Entonces instalamos temas que son también del escenario actual, del momento, pero al mismo tiempo y a través de lo que hicimos como biblioteca pública cuando llegó la pandemia, donde todos nos tuvimos que encerrar. Fue un gran desafío el desarrollar nuevas iniciativas escritoras, entendiendo que la gente estaba muy sola en sus casas. El enfoque siempre es el comunitario: las personas aquí son las importantes o las prioritarias. Entonces, ¿cómo una biblioteca puede ayudarte a salir de ese encierro o a sentirte menos solo? Entonces ahí es donde empezamos, a través de esta línea de escritura, los desafíos de escritura creativa en red. Entonces instalabamos, era algo muy simple: instalabamos un tema así como «ya, trabajar binomio fantástico» y dábamos ejemplos del binomio fantástico y los llevábamos a Facebook a que compartieran su binomio fantástico. O bueno, trabajar la idea de un cuento donde aparezcan gatos. No sé, eran cosas tan aleatorias como esa y que permitieron después sacar una compilación de más de 300 participaciones en red durante la pandemia, lo que nos puso muy contentos porque al mismo tiempo esa participación significó que la gente sintió a la biblioteca en su casa.
[00:14:00] – Aylin Fuentes
Hay otras dinámicas de escritura que ya son más bien formales. Tenemos las sociedades de escritura creativa, que ahí es donde todos los años han tenido diferentes públicos. Empezamos con niñas y niños, pasamos por jóvenes y este año habitamos ahí a las mujeres. Hemos tenido y eso lo hacemos en red, o sea, lo hacemos presencialmente cuando se puede, pero también usamos las redes y usamos la virtualidad. Nos ha conectado a públicos de diferentes regiones y países. Ya trascendimos la Región Metropolitana en este tipo de iniciativas, entonces ahí es donde hacemos la invitación, no solamente el equipo de la biblioteca, sino que a autoras, autores, escritores consagrados que hagan estas instancias de escritura creativa y también enfocados a ciertos temas. Este año tuvimos a Carola Martínez, que trabajó la memoria con mujeres +60. Vamos enlazando de alguna manera los intereses con esta línea de expresión. Bueno, nos podemos alargar, pero creo haber respondido.
[00:15:09] – Guillermo Toro
Sí, sí. Qué importante es poder expresar el pensamiento en forma oral y escrita. Antes tal vez había otros tiempos y había una sobremesa familiar donde se conversaba. Había un tiempo al escribir estas cartas de amor y una reflexión natural con ese tiempo. Bueno, ahora hay una dinámica distinta, pero las redes también pueden ser un gran medio para expresar el pensamiento. Lo importante es poder compartir lo que uno piensa, siente y ahí, a través de eso, en un acto reflejo, entender mucho más de uno mismo y sentirse parte de una comunidad. Yo creo que eso lo están logrando con esta estrategia. Muchas gracias.
[00:15:46] – Aylin Fuentes
Eso esperamos.
[00:15:49] – Cristian Cabezas
Bueno, hablando de escritura, de expresión, que claramente se alimenta también de lo que tú lees, de lo que te aporta la lectura, al menos a la creación literaria, digamos que este eje fundamental de la biblioteca, que es la lectura, la selección de los libros que están disponibles. Quería hablarte de eso, de la selección, los procesos de selección como se dio y se ha dado eso en tu experiencia profesional. Porque hemos tenido esta conversación también, en especial con Isabel Ibaceta, sobre cómo los comités de selección y los criterios de selección se han enfrentado a distintos desafíos a lo largo del tiempo.
[00:16:37] – Aylin Fuentes
Sí, tienes razón. Hasta el momento hemos hablado de programas, proyectos y servicios que nosotros instalamos y que son de acceso a la información. Pero uno dice «bueno, a qué acceden». Cómo nosotros establecemos cuál es el interés o la necesidad de la comunidad en términos informativos, recreativos y donde la biblioteca se debe hacer cargo. Es un tema, siempre. O sea, cualquier tipo de selección tiene sesgo. Y ha sido un cuestionamiento permanente de nuestra parte el cómo establecemos una selección. La biblioteca pública siempre tiene una visión muy abierta de lo que tiene en sus anales. ¿Por qué? Porque al final seguimos una lógica que es «a cada lector su libro». No hay una imposición temática porque no estamos circunscritos a un objetivo [como] una carrera en una biblioteca universitaria, [o] de planes o currículum como en una biblioteca escolar. Entonces ahí es donde nos vemos pillados por esto de ser abiertos, al establecer un enfoque claro donde la persona es la que decide su lectura, pero al mismo tiempo entendiendo que no nos podemos hacer cargo de todo el acervo bibliográfico que existe y que hay para comprar.
[00:18:01] – Aylin Fuentes
Entonces, sí tenemos que caer en una selección, hemos activado la experiencia que les quiero contar [es la del] del Comité, a donde me llevas. En algún momento, desde otra parte, que no era la Biblioteca de Santiago, trabajé en una conformación de comités participativos poniendo este cuestionamiento en la mesa: que no solamente una persona, una profesional de la información esté seleccionando, sino que la misma comunidad diga lo que quiere y necesita. Entonces, ¿cómo articular eso? Lo que hicimos fue llamar a representantes de la comunidad, sean los que sean: la dueña de casa, la vecina, el profesor de historia, el alumno, en fin. E instalamos un comité de 25 personas aquí en la Región Metropolitana e hicimos una misma experiencia paralela, virtualmente con personas de regiones. Pero no queríamos establecer una utopía, sino más bien adscribirnos a las posibilidades que tenemos como bibliotecas públicas de adquirir. Entonces lo que hacíamos era un trabajo anterior, con librerías y editoriales. Entonces les decíamos «bueno, señores de las editoriales, envíenos sus libros, sus novedades editoriales de cierto año, hasta cierto año de todas las temáticas. Y nosotros vamos a hacer lectura de eso. Y después de la lectura vamos a recomendar qué es lo que va a comprar». Eso cumplía con tener la existencia para poder después llegar a este proceso de tenerlo en la biblioteca y que pasara por el filtro comunitario. Entonces lo que hacíamos era repartir estos libros y que todas las personas que se habían hecho parte de este comité pudiesen opinar y pudiesen zanjar si ese material era bueno o era importante para tener en bibliotecas públicas. ¿Cómo se llevaban estas reuniones? Bajo ciertas lógicas también. O sea, nosotros tenemos parámetros generales. El que no ofenda ni a credo, ni a raza, ni sea proselitista. Eso por un lado, pero después que tenga calidad. Si es que era literatura, calidad literaria, que hubiesen ciertas lógicas dentro de la actualización de la información, dentro del manejo de la información. En fin. Entonces, con todos estos parámetros hacíamos que la gente tuviera un poco una rúbrica, por decirlo de alguna manera, y la fuera confrontando con la lectura.
[00:20:49] – Aylin Fuentes
Nunca puedes ser tan objetivo, porque siempre pasa por el interés que uno desde su experiencia de vida tenga respecto a la recomendación. Pero así por lo menos podríamos darle una bajada mucho más democrática a la selección de bibliotecas. Y actualmente les cuento nuestra experiencia. Soy la que coordina un comité que se llama «A leer». Y aquí fue otra la orientación. Nos dábamos cuenta que había mucha literatura infantil y juvenil dando vuelta, así, en demasía. Hubo una explosión de creación, [lo que es] súper bueno, pero al mismo tiempo nos dábamos cuenta que distaba uno de otro libro y que algunos tratamientos de ciertos temas no nos parecían adecuados para infancia. En fin. No se trata de censura, se trata de selección, que ha sido también algo que nos ha dado vuelta muchas veces y quisimos hacerle una tercera bajada que es de recomendación, porque es una selección para que las bibliotecas escolares, los padres y madres, tengan una referencia de la literatura infantil y juvenil que nosotros estamos viendo y que nos parece recomendable. Pero se queda en recomendación porque no necesariamente, o sea al final igual la decisión pasa por el mediador o mediadora o por el mismo niño o niña que lee lo que nosotros estamos recomendando. Entonces, para este comité está la invitación abierta para todas aquellas y aquellos que se desarrollen profesionalmente en esta área. Nosotros hacemos un llamado voluntario y tenemos representantes del Colegio de Bibliotecarios, de profesores y profesoras que están trabajando con infancia, de bibliotecarios y bibliotecarias de bibliotecas escolares. Hemos tenido sicólogos, antropólogos. Todas las personas que están interesadas en la literatura infanto juvenil pueden participar. También hemos tenido escritores y escritoras, porque al final es súper bonita la sinergia que se da. Nosotros trabajamos con la misma lógica del comité anterior. Trabajamos con editoriales que nos mandan sus novedades editoriales y también sobre ciertos temas que nos parece dignos de enfatizar. Actualmente estamos trabajando con Migración, pueblos originarios. O sea, cuáles son las miradas desde la literatura infanto juvenil en estas áreas, cómo se trata el tema. Estamos trabajando género muy fuertemente también a través de Letras en Género, que es un programa que tiene la biblioteca y que los invito a conocer, que es maravilloso.
[00:23:34] – Aylin Fuentes
Bueno, entonces también hacemos lecturas compartidas y caemos a una reflexión y en un análisis de la obra. Tratamos de ser amplios en mirada, pero sigue el cuestionamiento de que seleccionamos y por eso ahora está naciendo, está en barbecho, una nueva iniciativa porque consideramos que somos un comité que trabaja con LIJ, pero que al mismo tiempo somos adultos recomendando a niños ¿no? Entonces ahora estamos haciendo una dinámica más transversal donde vamos a crear un comité de niños leyendo LIJ, porque pueden perfectamente y transitan miradas diferentes. Son otras perspectivas y otras lecturas, lo que nos parece muy digno de rescatar. Eso cae a la recomendación del producto final. El producto final tiene que ver con el mostrar libros, editoriales, temas, pero al mismo tiempo transita esto de lo híbrido. Sacamos informes para aquellas instituciones que están trabajando con nosotros, pero también la virtualidad ha sido súper reconfortante porque tiramos, tiramos y tiramos información de literatura infantil y también nos hemos enriquecido con experiencias externas que utilizan el recurso.
[00:25:00] – Cristian Cabezas
Para cerrar, una pregunta que un poco conversamos antes de esta conversación, sobre la profesión y sobre la formación. ¿Qué tienes tú que decirle a los futuros profesionales o a los que están recién saliendo? Respecto de qué se necesita, qué es lo importante, que es lo valioso de trabajar en un medio como en el que tú has trabajado.
[00:25:25] – Aylin Fuentes
Bueno, la biblioteca pública enamora, porque tiene un sentido de comunidad. Tú ves que la articulación de cada una de las acciones lleva a un beneficio y también a una sintonía con otros. Uno se apropia de un sentido. Yo creo que la bibliotecología tiene muchísimos campos, muchísimas áreas de desarrollo. Estamos hablando de algo que nunca se acaba, que es la información. Nosotros tenemos un bien ahí permanente, mientras exista humanidad. Pero desde la biblioteca pública, como el foco está puesto en las personas, es cómo hacemos transitar o cómo le damos significado a esta información. Por eso mismo creo que los que estamos ahí vivimos un apostolado. Es una permanente búsqueda, a partir de nuestra motivación. Por eso digo que uno de los ingredientes esenciales para trabajar en biblioteca pública es la motivación. Estamos tan convencidos que no abandonamos, es una permanente lucha o una permanente invitación más que lucha. Es una permanente invitación a habitar esta área y este campo que da tanto sentido también a la vida. Estamos hablando de experiencias humanas. Nosotros tenemos que conectar con eso. Enamorados de la información, de los libros, de la lectura, claro que sí, pero también enamorados de la sintonía que tenemos y cómo la biblioteca contribuye a hacer comunidad y contribuye también a enriquecer la cultura, la identidad, el cariño por lo que hacemos. Yo siento que es muy amplia la pregunta y siento que es muy emotiva también. Hay que vivirlo. La biblioteca pública no se estudia, se vive. Entonces ahí es donde yo invito a todos los estudiantes o los que estén interesados en esto, a darse una vuelta, a sacarse ahí la corona, seguir siendo reyes y reinas, pero sacarse la corona para poder estar en la atención, poder estar ahí, pendientes de las necesidades. Poder establecer una lógica humana de calidez y calidad a través de los servicios. Yo creo que hay un desarrollo humano de participación en general, donde nos debemos comprometer como bibliotecarios. Son puertas abiertas al desarrollo país también. No estoy hablando solamente de un sentido personal, estoy hablando de como conformarnos. Entonces hay mucho que hacer y necesitamos manos. Así que aquí los motivados, únanse.
[00:28:22] – Guillermo Toro
Muchas gracias Aylin. Realmente es muy interesante escucharte y sentir tu convicción. Yo creo que eso es lo que se instala y hace fuerte a la biblioteca pública. Si uno no tiene convicciones, es imposible trabajar y desarrollarse plenamente en una biblioteca pública como profesional. Muchísimas gracias por tu visita y por tus palabras, por supuesto. Gracias.
[00:28:44] – Aylin Fuentes
Muchas gracias por la invitación.
[00:28:46] – Cristian Cabezas
Muchas gracias Aylin.