Conversamos con el bibliotecario Pedro Calandra Bustos, jefe de la Biblioteca Ruy Barbosa de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, profesor adjunto, senador universitario, entre otros cargos. Desde su extensa carrera nos habla de tecnología de la información y comunicaciones en un amplio sentido, de los múltiples roles que ha tomado en la Universidad, el gremio y el mundo editorial, así como de la permanente inquietud del ser humano de transmitir lo que ha aprendido.
Esta es una transcripción ligeramente editada de la conversación de 32 minutos. Este episodio fue grabado a distancia por Zoom.
[00:00:08] – Guillermo Toro
Muy buenos días, tardes o noches, dependiendo de la hora a la que nos escuchen. Estamos en el yepo episodio número 15, con un gran invitado. En esta oportunidad, [seguro] ustedes lo conocen, los colegas lo ubican. Podría dar algunos antecedentes y ustedes van a llegar a su nombre. Pero también tenemos un auditorio mucho más grande, nos están escuchando muchos académicos de diferentes lugares y por eso vamos a hacer la presentación más formal de Don Pedro Calandra Bustos. Él es bibliotecario documentalista titulado en la UTEM. Además, Pedro tiene una gran vida gremial, académica, de investigador, basada principalmente como eje en la Universidad de Chile. Él es profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile. Reside él en el Campus Antumapu. Es director de la Biblioteca Rector Ruy Barbosa, además subdirector de Extensión y Vinculación de la Facultad de Ciencias Agronómicas. Recientemente fue electo como Senador Universitario de la Universidad de Chile. Así que tenemos nosotros a un bibliotecario realmente participante destacado, que está ahí donde hay que tomar decisiones, donde se vincula las relaciones de extensión, sobre todo de la universidad, los presupuestos, las decisiones administrativas de alto nivel.
[00:01:35] – Guillermo Toro
Pedro tiene mucho que contarnos. Le pedimos siempre a quienes van a conversar con nosotros que nos envíen alguna reseña. Él me dice «bueno, tú di lo que quieras de la reseña», porque la verdad es que hay mucho, mucho que decir sobre lo que Pedro ha desarrollado y sigue desarrollando en su trayectoria. Él, dentro de la facultad, ha hecho un trabajo de rescate patrimonial de la historia de la agronomía en Chile. Por lo tanto, hay un trabajo de investigación, de edición y como autor también de publicaciones dentro de la Facultad de Ciencias Agronómicas. Además de vicepresidente de la Sociedad Agronómica de Chile, editor de series de Agronomía, ha hecho estudios, ha desarrollado plataformas, ha sido director de proyectos, de convenios del Nodo Patagonia Digital Innova de Corfo durante el año 2009-2010. Por ejemplo, director de convenio de implementación de tecnologías del Proyecto Biocombustibles, director de Convenio con la Fundación Aitue. Tiene una investigación, un plan piloto para un catastro de tierras adquiridas por CONADI, co-investigador en proyecto «Antumapu, 50 años después», toda la historia del campus Antumapu. Y además ha sido autor, y tiene libros por ser impresos, preparados para la impresión. Quise decir todo esto porque realmente Pedro es una persona, es un hacedor, como diría Borges. Ha hecho mucho y sigue haciendo mucho y ha aportado mucho desde nuestra profesión, lo que es muy importante. Ahí está su centro y su base, como nos ocurrió con otros colegas también. Pedro considera que esa es su base. Estamos en este yepo con Cristian Cabezas, director del Yepo y con Pedro, entonces como nuestro invitado para esta mañana. Buenos días, colegas.
[00:03:23] – Pedro Calandra
Cristian, Guillermo, viejos y grandes amigos de la profesión, del tiempo de estudiante en esa bella y revolucionaria década del 80. Para mí es un placer estar con ustedes y poder transmitir a nuestros colegas y a la gente más joven qué es lo que somos como profesión y qué podemos hacer como profesionales. Nuestros títulos dicen bibliotecario documentalista, bibliotecario xx, pero la verdad es que somos seres humanos, con tremendas inquietudes. Solamente veamos esto que se llama Yepo, es una tecnología de la última década. Tuvimos un cambio radical en nuestro soporte del conocimiento y yo he paseado por el mundo -por suerte he tenido la oportunidad de pasear por muchos países del mundo- y aún recuerdo en la Universidad Complutense, un colega [ya] fallecido me permitió bajar al depósito histórico. El estar con papiros, pergaminos y libros del origen de la humanidad, con conocimiento. En el Museo Británico ver las tablillas sumerias, ver la Piedra Roseta. En París ver otras cosas. Y uno se impresiona de haber estado en el Museo de la Historia de la Humanidad en Ankara. Me ha permitido tener una visión de la humanidad distinta a la que habitualmente tenemos y una visión amplia de este pequeño planeta, esta roca llamada Tierra.
[00:04:50] – Pedro Calandra
Es importante que empecemos a ver más allá del metro cuadrado de nuestra estantería. Si nos preocupamos de nuestra biblioteca y dije estantería como una forma de decir almacenamiento. Biblioteca: biblio [biblion, libro] y teca [theke, que significa] jarra [o caja]. Nos mantenemos sosteniendo el conocimiento humano, que es nuestra profesión. Hoy día somos contenedores de todo lo que se produce, sea en formato papel o cualquier otro. Hay que ver qué queremos realmente como profesión. ¿Ha cambiado? Sí. Yo pertenezco a una generación en que todo era papel, donde veíamos el Winchell, veíamos grandes repositorios, como el Chemical Abstracts, una estantería gigante llena de papel y hoy día éstas se han reducido a un click en el computador y es un cambio abismante. Para los más jóvenes es lo normal. Pero lo que tenemos un poquito más de años y que ya estamos saliendo de la profesión ha sido un aprendizaje y a mí me toca dar clases sobre tecnología, «recursos de información en la web» es el título de uno de mis asignaturas, donde cuando le hablo a los alumnos de un simple disquete me quedan mirando con cara de ¿y eso qué es?
[00:06:05] – Pedro Calandra
Ha cambiado, porque ya un disquete – que es lo que veíamos hace 20 años o 15 años atrás, como lo normal- hoy día ya es obsoleto. Acuérdense, yo aún recuerdo, que estábamos en clase con el profesor Héctor Gómez, y nos llevó ahí al faro de Apoquindo [actual Apumanque], al estacionamiento, al Faro abajo, a una gran exposición de tecnología. Y había un artefacto que hacíamos fila para verlo. Se llamaba fax. Te decían «présteme su carné de identidad» le tomaban una foto o una fotocopia, y ponía este papel en el fax. Te decían «vaya al segundo piso y recíbalo.» Iba al segundo piso y ahí tenían un papel donde estaba mi carné de identidad. Oye, quedamos impresionados. ¿Un fax? Hoy día el fax ya es una máquina obsoleta. Pasó y nos abandonó. Yo recuerdo cuando estábamos estudiando, el que tenía un personal estéreo, una radio portátil y que uno podía llevar un casete con grabación o sintonizar algo aquí en la cintura y con audífonos. Era una maravilla. Hoy día, si tú le preguntas a un chiquillo qué es un personal estéreo, y te mira con cara de «y eso que fue, del siglo pasado o principios del siglo pasado». Ha cambiado la concepción y la velocidad de los soportes del conocimiento es enorme, pero el conocimiento sigue siendo el mismo. O sea, si yo miro alguno de mis viejos autores del área agronómica son los mismos. Un romano en el año 10 que escribió sobre la agronomía no ha cambiado a lo que escribieron hoy día nuestros colegas de agronomía. Yo digo mis colegas de agronomía porque después de casi 28 años en el mundo silvoagropecuario, selva: agro, campo; pecuario: animales, que es donde se inserta la agronomía, ya no sé cuál es mi profesión real, si soy agrónomo, soy bibliotecario, soy un investigador. Es sorprendente lo que es la bibliotecología. Yo miro a mis colegas, de mi generación y algunos posteriores, como han ido insertándose en el mundo de la ciencia y en el mundo del conocimiento. Sin hacer una gran búsqueda, yo recuerdo que todos queríamos ser escritores cuando entramos a la profesión y queríamos ser grandes literarios, queríamos crear novelas, poesía.
[00:08:18] – Pedro Calandra
Pero la vida nos llevó por distintas áreas y hoy día me he convertido en, lo voy a decir, sin humildad, en un historiador de la agronomía y creo que soy el único que hay en este minuto en ese tema en Chile. Evidentemente está el profesor Pinto y otros profesores que se dedican a ciertas áreas puntuales de la agronomía, como la reforma agraria que es un gran tema. Yo soy un genérico, tomo toda la historia de la agronomía para poder entender que hoy día con la cantidad de población que tengo en el planeta, estamos hablando de 7 mil 500, 8 mil millones de habitantes. Todos los días necesitamos 1600, 1700 calorías mínimas para sobrevivir como seres humanos. Y si eso lo llevamos al suelo, voy a hacer una distinción. Habitualmente nosotros hablamos de tierra agrícola, pero la verdad es que se llama suelo. Lo que se cultiva es el suelo y usamos esa palabra para referirnos a la parte productiva. El suelo sigue siendo el mismo que había hace millones de años. No ha aumentado, al revés, ha disminuido el suelo arable.
[00:09:22] – Pedro Calandra
Cuando hablo de suelo arable es el suelo que es capaz de producir alimentos y los alimentos se producen a todo nivel. Y todos los días tenemos que alimentar a todos estos millones de personas. Y ese es un gran tema y una gran preocupación. En cierto sentido, yo miro la tecnología como una ventaja para el planeta. El hecho de no usar papel nos libera suelo y nos permite conservar muchos suelos con árboles nativos. No los necesitamos para el papel. La tecnología los reemplaza. Ahora el costo de la tecnología asociado a esto es enorme. O sea, estamos hablando que necesitamos energía para que todos estos computadores, toda la tecnología funcione. Y esa tecnología nos hace explotar todo el recurso fósil. Hoy día estamos hablando de energía renovable no convencionales. Cristian, quieres comentarme algo.
[00:10:13] – Cristian Cabezas
Mira, te escuchamos. Tiene que ver mucho con temas que hemos conversado en sesiones anteriores, en especial en la primera. Muchos están planteándose los dilemas de una transformación digital o de una superposición de una cultura basada en lo impreso, con una cultura basada en formatos digitales. Como eso significa temas de cambio generacional, pero también mucho que nuestra profesión ha estado arraigada en esa cultura de la escritura, del registro, de lo que se puede tocar, de lo que se puede almacenar, y que la tradición de la biblioteca está muy ligada a la tradición de la cultura impresa, escrita de alguna forma también de eso ha marcado a los profesionales como tú dices, muchos, muchos profesionales de nuestra área tienen afición por el libro, una especie de amor por los libros. Pero también yo creo que es un lazo que es más con la cultura, con el conocimiento, con las áreas del conocimiento en las que nos involucramos, como tú bien dices. Eso habla también de cómo cualquier profesional se para frente a su día a día, a su ejercicio y se plantea como ayudar a las personas, como involucrarse en los ecosistemas, ya sea como investigador, como profesor, como bibliotecario referencista con cualquiera de las funciones en las que uno puede estar. Creo que tú has hecho y participado en muchas de ellas de distintas formas. Para planteártelo como una pregunta como ves tú, por ejemplo, nosotros siempre le preguntamos a los colegas con los que hemos conversado ¿cuál ven que son las habilidades, las condiciones, las características que debería tener un o una profesional en el futuro? ¿Cómo ves eso?
[00:12:12] – Pedro Calandra
Uy, vaya pregunta. El futuro ¿Qué es el futuro? El futuro no es nada más que el hoy proyectado con lo que estamos haciendo. Si se cumplen los deseos de los agoreros y que el sol mande un pulso solar, se nos acabaron las redes de comunicación, se nos acabó la tecnología. Hace un par de días, a pesar de que yo sé que esto va a ser publicado en unos meses, pero durante el mes de septiembre, en un país como Irán, ha habido una revuelta social y el país desconectó internet y dejó incomunicado al planeta a lo que pasa en esta nación. Entonces es difícil poder pronosticar. Yo me dedico a esto de la tecnología. Voy a dar una declaración lapidaria desde mitad de la década del 90 la tecnología no ha cambiado. Es la misma, tenemos los mismos PC, con los mismos chips, tenemos la misma red de comunicación, lo que hemos variado tal vez que hoy día en vez de usar cable coaxial o usar RJ45, usamos fibra óptica. En vez de usar un procesador Intel, estamos usando unos procesadores enormes.
[00:13:23] – Pedro Calandra
La tecnología es la misma. Ha cambiado la calidad de la tecnología y esto no va a cambiar más. Se van a ampliar las redes. Hoy día, en vez de conectarme al switch inalámbrico de mi casa porque solemos pensar que todo es inalámbrico. Incluso el celular, pero la verdad es que esto es físico. Hay una red submarina de fibra óptica en todo el planeta que nos conecta de un lado a otro. Y es una falacia decir «eso es inalámbrico». Eso va a cambiar tal vez. El proyecto de los satélites que están tirando a través del mundo. Creo que ya van 200 satélites o microsatélites de comunicación, pero no va a cambiar más que eso. Entonces, el futuro depende de qué es lo que queremos transmitir como conocimiento. El conocimiento científico duro cambia día a día. Como decía un viejo profesor de Agronomía, Premio Nacional de Ciencia don Edmundo Acevedo, el pregrado es el ejercicio del conocimiento, el magister es trabajar en el límite del conocimiento y el doctorado es trabajar cambiando el conocimiento humano. Eso se da en las ciencias duras.
[00:14:28] – Pedro Calandra
En nuestra ciencia llamada conocimiento humano, lo que hacemos es acumular el conocimiento, organizarlo. Yo diría que más que nunca es importante el organizar el conocimiento, porque ya no es una paginita, son millones de páginas si las llevo al equivalente en papel, que se producen diariamente. Cuando nosotros estudiábamos nos decían que cada cinco años cambia el conocimiento humano. Hoy día creo que la pandemia lo demostró: el conocimiento humano está cambiando cada 15 minutos. Qué maravilla el haber enfrentado esta pandemia con estos instrumentos de comunicación a nivel mundial, donde los científicos podían comunicarse libremente uno con el otro para desarrollar una vacuna. Entonces estamos ante un estadio diferente, un estadio que nos cambió la visión. ¿Qué viene hacia el futuro? nadie es capaz de pronosticar, pero sí tengo clara una cosa. Que a pesar de que amamos el papel, amamos el conocimiento principalmente. Yo vivo rodeado de libros, aunque mi trabajo es todo en línea.
[00:15:35] – Guillermo Toro
Oye, Pedro. Bueno, siempre el libro es algo que nos identifica. No podemos escapar de él, digamos, en lo material. Pero claro, también existe algo que Roxana Donoso nos decía que era la desmaterialización. Es como se va lo que está como soporte y nos vamos quedando con la información y más allá de eso, con los datos. Y eso es lo que procesamos y manejamos. Dentro de todos estos cambios tecnológicos, evidentemente puede haber ruptura, como puede ser la inteligencia artificial, por ejemplo. Yo creo que ahí no podemos pensar, sólo que vamos a seguir en esta continuidad y que todo va a ser lineal porque hay tecnología disruptiva y una de esas yo creo que es la inteligencia artificial, que la podemos ver como una aliada o como una amenaza, pero claramente como una tecnología transformadora. Ahí tendríamos que entrar a picar, como se dice, pero dejemos este tema ahí en un paréntesis. Yo te quería preguntar justamente por los libros, por las publicaciones. Tu eres autor y es interesante saber cuál es tu experiencia de autor, que tipo de publicaciones has logrado sacar adelante y cuáles vienen en camino y cómo fue tu participación como autor en estas publicaciones.
[00:16:51] – Pedro Calandra
Guillermo, tu pregunta tiene historia. Antes de entrar en toda esta área de la universidad, con Viviana García habíamos escrito un pequeño libro que fue el primer encuentro de bibliotecarios escolares y públicos en El Canelo de Nos, en que hicimos varias cosas y fue como un puntapié inicial con Clara Budnik en esa época, con Nivia Palma, que logramos crear, esta red de bibliotecas, que hoy es la Red de Bibliotecas Públicas de Chile. Fue algo hermoso, pero entrando en Ciencias el 2009 escribí un libro como consecuencia de un proyecto que se llama «Conociendo las TIC». En este libro hago una declaración de qué es lo que son las TIC. Habitualmente hablamos de tecnología de información y comunicaciones, pero recordemos que la tecnología no es nada más que aquel artilugio de beneficio humano desde un botón a un cordón. Es tecnología, el cordón de zapato es tecnología, no es solamente la electrónica. La información es el lograr traducir estos códigos llamado alfabeto y número en comunicación. La comunicación en sí es esa capacidad humana de transmitir conocimiento. Por lo cual, si yo tomo una tablilla sumeria que está hecha en greda con símbolos cuneiforme, me transmite conocimiento.
[00:18:05] – Pedro Calandra
Si yo tengo un papiro o un pergamino, me transmite conocimiento, un libro me transmite conocimiento. Por lo cual todos estos son soportes del conocimiento humano, son TIC. Hoy día la tecnología es TIC, tecnología, información y comunicaciones. New, como le dicen hoy día, nuevas. Pero las TIC son muy antiguas. Ese fue el primer libro que escribí y fue inspirado en el Nodo Patagonia Digital, cuando el Gobierno de Chile nos solicitó al grupo de trabajo que tenía en esa época que lográsemos que las MYPES, microempresarios lograran subirse a la tecnología. Hace una década hubo maravillas. Una señora que tenía en esa época un taller de costura se convirtió en Coyhaique en el proveedor oficial de hospitales de montón de cosas fiscales de uniforme. Un caballero que tenía muebles de madera noble de la zona vende muebles por todo el país. O sea, fue un gran avance y eso se usó usando las TIC. Cuando hablo de TIC hablo de todos los soportes del conocimiento, por lo cual cuando nos decimos el libro va a desaparecer ¡no!, el libro es un capítulo más de la forma de transmitir conocimiento humano.
[00:19:22] – Pedro Calandra
Ahora, que adoramos el libro, que es versátil, que tiene ese exquisito aroma, donde yo puedo poner la etiqueta, puedo hacerle marcas y volver a él cuando quiera en una forma simple, en cualquier lugar del planeta. Es una cosa irremplazable. Hoy día los chiquillos más tecnológicos usan pestañas electrónicas. No ha cambiado, el conocimiento sigue estando ahí. Tal vez el soporte cambie, pero en 2000 años más van a tomar un libro y lo van a mirar con la misma admiración que uno mira en el Museo Británico una tablilla sumeria, una tablilla de greda, o ve un papiro o un pergamino, pero el conocimiento sigue estando ahí. Les recuerdo que la tabla Rosetta estuvo perdida miles de años, hasta que Champollion logró entender que decía. Y a partir de ese momento, hace 150, 160 años atrás recuperamos el conocimiento de 2000 años atrás. Lo importante es que la sociedad no pierda la capacidad de leer un libro, no importa el soporte. Ahora, el crear libros, sea en cualquier soporte -la mayor parte del libro que tú mencionaste hoy día están en formato digital o ha sido generado digitalmente- es simplemente la necesidad de alguien que se dedica a la docencia o la investigación de que lo que ha acumulado en la vida de conocimiento no se pierda. Yo no escribo porque quiero ser famoso. Simplemente durante los últimos veintitantos años me he dedicado a acumular el conocimiento silvoagropecuario. Su historia lo doy como clase, la historia de la agronomía. Y me daría pena irme a la tumba y que todo lo que he acumulado no sea transmitido porque son horas y horas de lectura e investigación. Por suerte, la biblioteca en que trabajo, la Biblioteca Rector Ray Barbosa tiene su origen en 1843 o en la primera escuela agrícola, por lo cual tengo acceso a documentos, actas, correspondencia, libros de más de casi 200 años. Además, hay libros anteriores y eso me ha permitido especializarme en un tema. Lo que puede hacer cualquier de nuestros colegas que entra a una biblioteca temática y ordenar, porque principalmente hay que ordenar los temas. Y eso es lo que yo hago con mis libros, ordenar los temas.
[00:21:43] – Pedro Calandra
Además, me ha tocado ser editor de la serie Ciencias Agronómicas, la serie Ciencias Ambientales y las revistas misceláneas, donde Tengo que usar la rigurosidad científica y los comités editores que me digan lo que yo no soy capaz de entender, qué se yo, cualquier término científico. La Lobesia Botrana, que es una mosquita que ataca la vid. Yo no soy especialista en Lobesia Botrana. Pero cuando Roberto González, una eminencia vino, me dijo quiero publicar este libro, le dije «Perfecto, Roberto, déjame buscar un comité editor.» Roberto ya falleció, éramos grandes amigos, dijo «pero ¿cómo va a haber alguien que me va a criticar?» Le dije «Roberto, los tiempos cambiaron» y tuvo que aceptar un comité editor. Una vez que el Comité editor me dijo «si el libro tiene peso, corresponde a esto, hay que corregirle esto» se publica. O sea, el trabajo editorial es más que nada administrativo. No es que uno sea el sabedor. El editor hoy día no es sabedor. Tal vez de literatura sí, pero los temas científicos son equipo multidisciplinario de trabajo. El último libro, que ya está publicado, que es 50 años de Antumapu. Eso fue un equipo multidisciplinario. Escribimos los distintos temas. Eso es lo que le puedo decir del libro. No es una cosa traumante, es traspasar y plasmar en algo tangible, sea electrónico o físico, algo que aprendimos.
[00:23:00] – Cristian Cabezas
Parte de lo que nos dices da la idea de que entre los muchos roles que puede tener una bibliotecaria o un bibliotecario está este rol en el proceso editorial. Yo creo que no hemos conversado hasta ahora con alguien que no hablara de ese tema. Es un tema interesante porque abre espacio para pensar como nosotros no solo actuamos como los que facilitan el acceso, sino que también podemos actuar en el proceso de la producción misma. Yo sé que tú estuviste en el principio del Fondo del Libro, en procesos bien fundacionales que tienen que ver con la promoción del libro y además de la lectura en Chile. Si quieres contarnos un poquito de eso, también es interesante.
[00:23:46] – Pedro Calandra
Bueno, en 1993 se creó el Consejo del Libro y en ese momento la señora Mónica Núñez asume, en representación de los bibliotecarios. Al año 94, el Colegio me propone a mí como representante de los bibliotecarios, reemplazando a Mónica y ya se había cimentado el Consejo del Libro y comenzamos a la discusión de la creación de programas. Trabajar con gente maravillosa como Guillermo Blanco, Hugo Montes, editores ya fallecidos algunos de ellos, fue una maravilla. Muchos premios nacionales. El discutir y plantear. Ahora, yo siempre tuve una discusión que no sé si hoy día la ley cambió, pero la definición de libro que tenía la ley era papel y la gran discusión en todas las reuniones era: cambiemos y hagamos una propuesta de cambio de lo que es un libro, porque nos limitaba solamente a la compra de papel, no de bases de datos. Claro, estábamos en los inicios de las bases de datos el año 95, pero se proyectaba ese cambio. Ahora el poder crear -humildad aparte- lo voy a declarar, las becas para bibliotecarios.
[00:24:50] – Pedro Calandra
Cuando a mí me toca el año 2000 salir a estudiar el extranjero enviado por la universidad por los proyectos Mecesup, volví con el concepto -no solo lo que aprendí- de lo importante que es que salgamos fuera del país a ver otras visiones, no solo verlas en el computador, no solo verla en los libros, sino que siempre cuento la anécdota que para mi la fotografía de la enciclopedia Uteha o Monitor que mostraba la RAE, la Real Academia Española, un edificio con unas columnas impresionantes y yo miraba la foto y decía «oooh». Y cuándo estuve en Madrid y conocí ese edificio, que es un edificio angosto con cinco columnas y largo hacia atrás dije ¡qué cambio! No es lo que yo pensé. Para mí era casi un palacio y es un edificio de trabajo. Y esos conceptos y el haber podido crear esas becas fue un gran desarrollo. El crear cuando se trabajó en la creación de adquisición de libros de 500 libros para biblioteca pública. Otra maravilla. O el simple hecho de generar fondos para la mejora o creación de bibliotecas. O sea, fue un trabajo.
[00:25:56] – Pedro Calandra
Hoy día se sigue trabajando y modificando, pero esos inicios fue plantear ante esta comunidad de editores, libreros, escritores, profesores, que la bibliotecología existe y es una profesión. Fue relevante, importante, el participar en cuanta actividad había. Bueno, mi esposa de la época me dijo -este cargo en esa época era absolutamente ad honorem- me dijo «has invertido -y me llevaba la cuenta- tanta plata en difundir el libro, así que quédate tranquilo que has hecho algo por el país.»
[00:26:29] – Guillermo Toro
Es verdad, Pedro. Has hecho muchas cosas por el país y por la profesión. Yo eso lo reconozco, pero ampliamente. He visto tu trabajo y realmente lo pierdo de vista porque haces tanta cosa que es difícil seguir tu trayectoria, pero que has incidido en que la profesión se desarrolle, en que se promueva el libro, que rescatemos el patrimonio histórico, lo has hecho. Y gremial, en fin, creo que tu actividad realmente ha sido múltiple e impresionante. Todo, todo lo que haces y has hecho. Estamos en el año 2022, ya están vendiendo en la calle los calendarios 2023. ¿En qué está Pedro Calandra hoy? A mí me interesa mucho saber qué está pasando en la Universidad de Chile y particularmente está de verdad una distinción que yo creo que no es solo propia, sino que es para la profesión completa que tú seas ahora un senador de la Universidad de Chile. Nos puedes comentar ¿en qué estás y cómo se ve la Universidad de Chile desde el Senado Universitario?
[00:27:31] – Pedro Calandra
¡Guau! La verdad es que después de casi 40 años en esta profesión, tengo 60 años, en la teoría debería jubilarme a los 65. Lo voy a hacer a los 70, si la salud me lo permite, porque todavía tengo mucho que aprender e investigar, además de transmitir. Llegué a una edad en que creo tener la acumulación de conocimiento para representar a la comunidad de profesionales. A ver, el escenario está compuesto por 37 miembros: la rectora, siete estudiantes, dos funcionarios y veintitantos académicos, tanto académicos transversales, o sea que los vota toda la universidad como académicos locales que pertenecen a cada campus. En mi caso, yo me presenté como funcionario. Tenemos un gran universo de funcionarios, son como 10.000. Ahora, como en las elecciones que no son obligatoria, votaron cerca de 1200, 1300 personas. Saqué casi el 40% de la votación. Es decir, llevo la voz de auxiliares, administrativos, técnico y profesionales a una mesa de discusión donde se vela por el correcto funcionamiento de la universidad. La universidad tiene una rectoría y su equipo, un Consejo Universitario y el Senado. Cuando prepara la Vicerrectoría Económica el presupuesto anual, tenía que ir a manos del Senado y el Senado le dice no o sí, corrija esto de acá o allá y participo en tres o cuatro comisiones. Una de ellas es la de Patrimonio, que está más cerca de mi conocimiento y la de estoy postulando ahora a la de economía. El próximo jueves me ratifican o no el Pleno del Senado, si puedo trabajar en la parte del desarrollo económico de la Universidad. Es un puesto importante para la universidad, no para la comunidad. Y un cartón nobiliario para la sociedad. Pero para la universidad significa que su grueso a través de su representante, el grueso de su población, a través de sus representantes, va cambiando y entregando en forma triestamental la decisión universitaria. Para mí es un honor pertenecer a ella. Cómo ha sido pertenecer al Colegio de Bibliotecarios, al Consejo del Libro, a la Sociedad Agronómica de Chile, la sociedad científica más antigua del país, de la cual soy el vicepresidente. No son cargos que tengan remuneración, son cargos que le permiten a un ser humano entregar lo que ha aprendido y la acumulación de conocimiento, de saberes y de ideas.
[00:30:09] – Pedro Calandra
Yo tengo mis propias ideas en muchos temas. Ahora, si tú me preguntas de dónde saco la energía, no tengo idea. Debe ser que duermo muy pocas horas al día y me sobra energía y tengo que ocuparla en algo. Soy padre, soy esposo, soy abuelo, hago jardinería, pero igual me queda tiempo. Y cuando el cerebro empieza a funcionar, uno empieza a preguntarse ¿qué voy a hacer ahora? Y en mi oficina tengo tres pizarrones y de repente empiezo a escribir en los pizarrones y la gente, mis colegas que trabajan conmigo dicen «no, que se le ocurrió ahora», porque cuando a mí se me ocurre una cosa, no es que yo trabaje. Yo trabajo en un equipo de bibliotecarios y hago trabajar a mi gente buscando y creando cosas. Si tú miras todos mis libros, aparezco como primer autor, pero hay un colectivo de personas que trabajan conmigo. No me arrogo el conocimiento solo. Eso es lo que les puedo comentar sobre ese cargo que es entretenido. Siento que estoy llenando un espacio país y que no solo estoy consumiendo oxígeno.
[00:31:07] – Cristian Cabezas
Te agradecemos mucho la conversación, la oportunidad de poder escuchar de tu experiencia, que es algo interesante, rico, porque hemos entrevistado personas jóvenes, personas mayores y claro, cuando nosotros vemos tu currículum, uno lo que dice es que esto es expresión de una vida de mucha actividad, de mucho compromiso con la profesión, y eso aporta a todos los que escuchen esta conversación. Muchas gracias.
[00:31:37] – Pedro Calandra
Te quiero decir una palabra de despedida solamente. Queridos colegas jóvenes, no necesitamos saberlo todo. Lo que necesitamos saber es ante una pregunta decir «no lo sé, pero lo puedo resolver. Deme tiempo.» No se olviden de eso. Nunca decir que no, vamos a encontrar la respuesta. Adiós.